jueves, 22 de marzo de 2012
Paranoid park - Imágenes de un rodaje
Gus Van Sant, Taylor Morsen y Gaby Nevins en varios momentos del rodaje de 'Paranoid park' (2008), una de las obras maestras de Van Sant, cautivadora exploración de las periferias de la narración. O, dicho de otro, otro replanteamiento de la noción del relato, de los modo de representación. Los tiempos se entremezclan, la duración de los planos se alarga, los momentos irrelevantes cobran presencia epifánica. Incide en la implosión de la narración, o representación, con una nueva variación, casi a la misma altura que 'Elephant'
El rostro inexpresivo de Alex va dejando entrever sus fisuras, como la propia narración hace de ella música, y ese rostro se convierte en reflejo de un mundo o sociedad sin dirección ni sentido.Van Sant reconoce que fue la influencia de Bela Tarr (al que supera ampliamente en logros, considerando las dos que he visto del cineasta húngaro, 'El hombre de londres' y 'Armonías de Weckmeister'), el que le influyó en el cambio estético o narrativo de su cine. Como Malick, en su rupturista manera de hacer del tiempo, de la duración, cuerpo y desgarradura, a la vez, de la narración, sobrevuela con su influencia en ambos cineastas.
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