sábado, 21 de enero de 2012
En rodaje: Alfred Hitchcock y Oscar Homolka. La proyección transgresora, la pantalla equívoca
Alfred Hitchcock con Oscar Homolka durante el rodaje de 'Sabotaje' (Sabotage, 1936), que adapta la novela de Joseph Conrad, 'Agente secreto', título con el que casualmente ese año Hitchcock había estrenado otra (excelente) película, con John Gielgud y Peter Lorre, según la novela de Somerset Maugham (Ashenden: Or the British Agent) . El toque transgresoramente perverso (y viceversa) de Hitchcock destaca ya sólo en el detalle de convertir al terrorista Verloc (Homolka) en dueño de un cine ( en la novela lo es de una mera tienda). No sólo por lo que subyace en tal jugosa asociación, sino en incidir una vez más en su aguda exploración sobre las proyecciones, las equívocas o falsas apariencias y los límites o las carencias de discernimientos del ser humano. Ejemplificado en la misma relación marital de los Verloc. ¿Cómo encajas el descubrir que tu marido, la persona con la que llevas años conviviendo, realiza atentados que incluso pueden conllevar perdidas humanas? ¿Sobre qué se sostenía o definía la relación? ¿Cómo le veías? ¿Cómo se logra conocer realmente incluso a aquellos con los que mantienes una larga relación, o una relación íntima? Hitchcock fue duramente criticado por 'matar' al personaje del niño (que transporta sin saberlo la bomba), siendo calificado ese detalle de innecesario y brutal. Hitchcock lo lamentó, y se plantearía que no es una buena 'estrategia' el jugar con las expectativas del espectador cuando éste se identifica con un personaje, para frustrarselas al final. Aunque en años posteriores no dudaría en realizar finales tan demoledores como el de 'Vértigo' o dejar desconcertados a los espectadores con la muerte de la protagonista a mitad película en 'Psicosis'. Hitchcock quería a Robert Donat para el papel que acabaría interpretando John Loder, como el agente de policía de incógnito, pero el asma crónico de Donat lo impidió.
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