viernes, 13 de enero de 2012
Alexandre Desplat - Los idus de marzo. La derrota de una ilusión
Otro asombroso prodigio de banda sonora compuesta este año por Alexandre Deplat, de casi pareja envergadura a la de 'El árbol de la vida', que deja a años deeluz de distancia a los otros compositores ( por brillantes que sean), en este caso para la muy sugerente última obra de GeorgE Clooney, 'Los idus de marzo' (2011). Una contundente y lacerante radiografía no sólo de las corruptelas del poder, las miserias de los tejemanejes políticos, sino de las heridas de la ilusión, la desoladora constatación, primero, de una imposibilidad, que la integridad no sólo no prevalezca, sino que dificil que encuentre algún resquicio en un escenario de conveniencias, y segundo, que la lucha para no quedar al margen, y quizás poder hacer factible las ilusiones genuinas ( o al menos seguir en el escenario), implica convertirte en algo semejante a un espectro. Lo admirable de esta obra es su afinada construcción: El primer tramo está construido con la eficaz sobriedad de 'Buenas noches, buena suerte', sostenida sobre los diálogos y la prestación de un portentoso elenco actoral (Paul Giamatti, Philip Seymour Hoffman, Jeffrey Wright, George Clooney,Evan Rachel Wood y sobre todo, el protagonista, Ryan Gosling), describiendo el escenario, las piezas y la trama (de la superficie) de la campaña política para ser presidente de un candidato demócrata (Clooney), que transita territorios o patrones narrativos conocidos, y en los que, sin ser peyorativo, se evidencia más nítidamente que se adapta una obra teatral. En el segundo tramo, cuando aparece con más notoriedad, y domina, la banda sonora de Desplat, porque domina la emoción (las del personaje de Gosling cuando se trastoca su percepción de la realidad que vivía; varía el ángulo, pierde pie), porque las fisuras hacen acto de presencia en el escenario (las sórdidas excrecencias de las actitudes vitales de los 'actores', que rodean a Gosling, en el escenario), Clooney muestra su sutil talento como cineasta, en su capacidad para tramar la narrativa sobre una atmósfera emocional, sobre el tempo (imponentes transiciones), ahora ya más sobre los gestos y las miradas, como en su notable primera obra, 'Confesiones deuna mente peligrosa', a la que esta incluso supera en lograr momentos de una sobrecogedora intensidad, siempre con una contención rasgante ( y qué dominio del fuera de campo o las elipsis). Como culmen, si las palabras representaban una falacia, los engaños sobre los que se sostienen las relaciones en este escenario ( la superficie mostrada en el primer tramo), la emoción,que ha desvelado,a través de miradas y gestos, constatándolo, con impotencia y desolación, sus heridas y fisuras, en el segundo tramo, cierra, con un imponente primer plano, de un modo soberbio esta sutilmente desgarradora obra sobre una derrota anímica que es a la vez perseverancia en la lucha.
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