viernes, 16 de diciembre de 2011

Plácidas pausas de rodaje: Leo McCarey, Viña Delmar, Beulah Bondi y Victor Moore

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eo McCarey, la guionista Viña DelMar, y la inolvidable pareja protagonista, Victor Moore y Beulah Bondi, de la inmensa 'Dejad paso al mañana' (Make way for tomorrow, 1937), que podía haberse llamado 'Dejad paso a la emoción', con la contención de la mirada serena, templada, esa que transitaron cineastas afines en su mirada como John Ford (era una de sus obras preferidas) o Yasujiro Ozu, cineastas que incidieron de modo constante, como hace aquí McCarey, en las relaciones dentro de un núcleo familiar grupal, y más específicamente, en las relaciones intergeneracionales. No dejan de ser curiosas las tramas del azar para que acabara realizando esta gran obra. McCarey acababa de perder a su padre -'lo admiraba mucho y éramos muy amigos'- y se fue unos días con su mujer a Palm Springs hasta que se encontrara mejor. En un bar se encontró con una chica, e intentó hablar con ella, pero ella no le hizo mucho caso. Su mujer le había recomendado que leyera un artículo estupendo que había aparecido en Cosmopolitan: una reseña sobre The Years Are So Long, una novela de Josephine Lawrence. Como a su mujer, a McCarey no le interesó la novela sino el artículo, el tono con que escribía sobre los ancianos; lo firmaba una tal Viña Delmar. El director llamó a la Paramount y pidió que concertaran una cita con ella. 'Me llamaron y me dijeron que estaba también en Palm Springs. Mira que bien, él también estaba en Palm Springs, y me dijeron que estaría en mi hotel a tal hora. (...) Imagínese cuál fue mi sorpresa, y la suya, cuando descubrí que era la chica con la que yo había intentado hablar en el bar. La química entre ambos funcionó de inmediato y se entendieron a la perfección: los dos teníamos cerebro de narradores, estábamos en la misma longitud de onda. Y escribieron juntos dos obras extraordinarias como Dejad paso al mañana y La pícara puritana.

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