Franx Waxman compuso para 'El crepúsculo de los dioses' (Sunset Boulevard, 1950), de Billy Wilder, una exquisita pieza de orfebrería musical, una de las más grandes creaciones de este músico alemán de origen judío (Wachssman es su apellido real), que tras vivir dos años en Francia, fue otro de los que emigró a Estados Unidos por el nazismo. Este prodigio ganó el Oscar a la mejor banda sonora en 1950. Al año siguiente, lo conseguiría también por 'Un lugar en el sol' de George Stevens.
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