Virginia Mayo, entre juegos, alimenta al osito, compañero de rodaje, de 'El halcón y la flecha' (The flame and the arrow, 1950), de Jacques Tourneur, una de las películas de aventuras de latido más exuberante y vivaz, puro dinamismo que salta como los intensos colores o Dardo y su compañero mudo Piccolo (Nick Cravat) en sus cabriolas de acróbatas. Hay películas para todos los públicos, y las hay para todas las edades, o lo que es lo que mismo, hay obras como esta proteínica delicia de espíritu disidente, que deberían, por cuestiones de salud, ser recetadas para disfrutarla cuando menos una vez al año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario