Jean Negulesco dando indicaciones a Cornel Wilde para una de las secuencias de la notable 'El parador en el camino' (Road house, 1948), que oscila entre el drama y el film noir, dominada en su primera parte por una magnífica Ida Lupino, que nunca ha estado tan sensual, y en la segunda por un turbador y portentoso Richard Widmark. Una obra que entre líneas nos narra las incapacidades de saber amar por ser demasiado desconfiado o defensivo o por tender a avasallar con la voluntad a los otros.
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