Butt Boetticher en pleno rodaje de las tensas secuencias en el autobús con el personaje de Rhonda Fleming, en 'El asesino está suelto' (A killer is loose, 1956). Un opresivo y admirable thriller de Budd Boetticher, realizado con la misma precisa pericia que en sus aclamados westerns con Randolph Scott. Un thriller con una apariencia realista, una inmediatez cotidiana, que amplífica esa sensación de amenaza que se va apoderando del relato. Y que tiene en la compleja figura del asesino, interpretado por Wendell Corey, unas de las figuras más destacadas que ha dado el género.
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