Edward Sedgwick, codirector (aunque sólo sea su nombre el que aparezca acreditado en tal lid) de la extraordinaria 'El cameraman' (1928), ameniza una pausa de rodaje con su acordeón. La expresión, que parece un tanto sombría, de Keaton es todo un poema. ¿Qué pasará por su cabeza?. Quizá ya estaba rumiando lo que más tarde reconocería, que el contrato que realizó con la MGM para esta película fue el mayor error de su vida, ya que perdería definitivamente el control de sus obras.
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