Maggie Gyllenhaal, picardía y calidez

Maggie Gyllenhaal, una de las presencias más sugerentes del cine estadounidense. Dio sus primeros pasos en la pantalla con un pequeño papel en la mejor obra de su padre, 'El país del agua' (1982), de Stephen Gyllenhaal. Tras varios personajes secundarios, en los que demostró su versatilidad, en la excelente 'Donnie Darko' (2001), de Richard Kelly, junto a su hermano Jake, y las estimulantes 'Confesiones de una mente peligrosa' (2002), de George Clooney y 'El ladrón de orquídeas' (2002), de Spike Jonze, que me parecen las mejores obras de sus directores, encontró un papel protagonista de enjundia en la sugestiva 'Secretary' (2002) de Steven Shainberg, y volvió a brillar en la notable 'La casa de los babys' (2003), de John Sayles, y , en especial, su tour de force en 'Sherrybaby' (2008), de Laurie Collyer. Su singular 'gracia' también ha destacado en dos estimables obras como 'Más extraño que la ficción' (2005), de Marc Forster y 'The dark knight' (2008), de Christopher Nolan, y en la estupenda 'Un lugar donde quedarse' (2009), de Sam Mendes, aunque no parece que le lluevan papeles acordes a su talento.