martes, 8 de marzo de 2011
Big Fish : Sandra's Theme
Otra de las bellas colaboraciones de Danny Elfman para Tim Burton, en la que puede ser la obra maestra de éste, 'Big fish' (2003).
La permanencia de un amor que no ha dejado de florecer. Un abrazo en el agua. El elemento, en la alquimia, que se considera la matería de la vida. El amor que fluye como el agua, como una corriente que no deja de alimentarse. El amor realizado, celebrado en ese abrazo en la bañera entre Edward (Albert finney) y Sandra (Jessica Lange), ya en las postrimerías de esa relación (conexión), ya que Edward Bloom padece una enfermedad que le sitúa en los albores de la muerte. Bloom, en inglés, significa florecer. Y recordemos aquel momento en el que Edward siembra de refulgentes flores amarillas, cual soles, el prado cercano a la ventana de su amada cuando la cortejaba. Un amor que no ha dejado de florecer.
Porque el tiempo se detuvo cuando la vio por primera vez, momento en el que sólo ambos fluían, mientras los demás objetos flotaban a su alrededor, como si habitaran dentro del agua. Se detuvo el tiempo, y no han dejado de fluir juntos en él desde entonces. El agua que es nacimiento, porque en ese liquido habitamos, flotando, en el interior de la madre antes de salir al mundo. Y en el agua Edward descansará, tras morir, llevado en brazos por su hijo, Will (Billy Cudrup), ante la mirada de Sandra.
Celebración de la vida, celebración de la ilusión. Como esos relatos fabulosos que Edward narraba a su hijo, y este creía meras invenciones. Como el amor es la ilusión que nos realiza, impulso de vida. el agua que nos hace fluir. El logro de ese quinto elemento que se anhela encontrar en la alquimia.
Dedicado a mi admirada Aristócrata del espíritu.
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