miércoles, 5 de enero de 2011

Naturaleza muerta

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Shen Hong (Zhao Tao) contempla, en la distancia, cómo un funambulista cruza el espacio vacio entre dos elevados edificios. Es una de las imágenes que cierra esta hermosa obra de Jia Zhang-ke, 'Naturaleza muerta' (Sanxiahaoren/Still life, 2006). Una imagen que condensa la 'respiración' vital de este film, y su mismo título original, 'Aún vida', mucho mejor que su traducción al castellano. Los personajes sí, son como sombras errantes, sosteniéndose sobre no sólo un incierto espacio y tiempo, frágil y en demolición, sino sobre una misma realidad cuyos cimientos están quebrados. Los personajes buscan, ya sea a su mujer e hija a las que no ve en 16 años, o a su marido al que no ve en dos, desplazandose por espacios ya inundados por las aguas, esto es, desaparecidos, como por edificios que son demolidos o fábricas de desvencijado aspecto. Todo destila abandono, un espacio en mutación, rasgado, donde sólo subsisten los recuerdos, o imagenes residuales en un billete. En un hermoso plano, de larga duración, somos téstigos del encuentro al fin entre marido y mujer, entre sus silencios y palabras laten los intersticios del tiempo transcurrido, de lo que eran antes y son ahora, de los pálidos réflejos de lo que pudo haber sido si sus decisiones hubieran sido otras.
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Pese a ese agujero que palpita y que evidencia el tiempo derruido, la precariedad de un presente sin certeza, la serenidad de la mirada, como en el citado plano, fluye entre planos, captando instantes, personajes desplazandose en un espacio que ya sólo enuncia su transitoriedad. La realidad ya es fantasmal, y en ella hasta se pueden vislumbrar luces en el cielo que quién sabe qué pueden ser, porque la realidad, a ras de suelo, está ahogada o derruida. Queda el impulso funambulista, el movimiento tenaz sobre un vacio en fuga.

‎'Naturaleza muerta' (Sanxia Haoren, 2006) es una muy hermosa obra del cineasta chino Jia Zhang-Ke, de serena fluencia que se hace residencia, a través del proyecto hidráulico de las Tres gargantas que supuso la desaparición bajo las aguas de mil pueblos, como Fenjie,elpueblo hundido 'protagonista' de esta obra, y el desplazamiento de más de un millón de personas en busca de una nueva residencia donde pueda fluir de nuevo su vida.

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