miércoles, 22 de diciembre de 2010
Glenn Ford, entre el dandy y el cowboy
Glenn Ford siempre me ha parecido uno de los grandes actores que ha dado el cine. Desde luego, es uno de mis favoritos. Una antología de sus más admirables interpretaciones estaría formada por 'Cowboy' (1958), 'El tren de las 3'10 (1957) y 'Jubal' (1956), de Delmer Daves, 'Los sobornados' (1953) y 'Deseos humanos' (1954), de Fritz Lang, 'Un gangster para un milagro' (1961), de Frank Capra, 'Cimarrón' (1960), de Anthony Mann, 'LLega un pistolero' (1956), de Russell Rouse, 'Rapto' (1955), de Alex Segal, 'Semilla de maldad' (1955), de Richard Brooks, 'El desertor del Alamo' (19539, de Budd Boetticher, 'Relato criminal' (1949), de Joseph H Lewis, 'Chantaje a una mujer' (1962), de Blake Edwards, 'Un cadáver recalcitrante' (1959) y 'Furia en el valle' (1958), de George Marshall, 'Superman' (1978), de Richard Donner, 'Los cuatro jinetes del Apocalipsis' (1961), y 'El noviazgo del padre de Eddie' (1962), de Vincente Minelli, y tantas otras
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