Janet Leigh, delicadeza de brujita

Pocos meses antes de rodar 'Psicosis' Janet Leigh dio a luz a Jamie Lee Curtis. Veinte años después compartian pantalla en 'La niebla', cual celebración cinéfila de un relevo, si consideramos que Jamie Lee Curtis había sido también acosada con un cuchillo por otro psicópata en la excelente 'La noche de Halloween' (1978), del mismo John Carpenter, que proporcionó a Jamie Lee el convertirse en la 'reina del grito' en el género de terror, como en la muy sugerente 'El tren del terror' (1981), de Roger Spottiswoode. Lo de Janet Leigh con el género de terror fue algo más puntual, aunque la famosa secuencia de la ducha la convirtiera en todo un icono del género. No es que fuera una gran actriz, o que brillara especialmente, pero, aunque en ocasiones, le tocara el papel 'decorativo', tampoco desentonaba. En su carrera hay grandes obras como 'Los vikingos' (1958), de Richard Fleischer, 'Sed de mal' (1958),de Orson Welles, 'Colorado Jim' (1953), de Anthony Mann o 'Scaramouche' (1952), de George Sidney, en la que todo hay que decirlo, siempre resultara incomprensible que el personaje de Stewart Granger la prefiriera a ella en lugar de al de Eleanor Parker. También habría que destacar obras notables o interesantes como 'Tres en un sofá' (1966), de Jerry Lewis, 'El gran Houdini' (1953), de George Marshall, 'Harper, investigador privado' (1966), de Jack Smight, ' El mensajero del miedo' (1962), de John Frankenheimer o 'El principe valiente' (1954), de Henry Hathaway, quitando la peluca que porta Robert Wagner