domingo, 14 de noviembre de 2010
Al este del Edén
'Al este del Edén' (1955), de Elia Kazan. En un tren vuelve Cal (James Dean), con el gesto aterido, polizón clandestino, tras volver del pueblo donde ha seguido a esa dama del velo, acción clandestina que busca desvelar el secreto familiar, el hecho de que su madre, Kate (Jo Van Fleet) sigue viva, y no muerta como les contó su padre, Adam (Raymond Massey), a él y su hermano Aron (Richard Davalos), para que vivan en el paraiso de la ignorancia, tramado con su inflexible aun bienintencionada corrección moral, que quiere camuflar la dedicación 'extraviada' de la esposa que se rebeló a esa rigidez mezcla de bondad y control posesivo. Ella no era su extensión, su costilla, y apostó por su propia voluntad, además transgresora al erigir su independencia sobre un negocio considerado mancha, un prostíbulo. En un tren el padre envía su apuesta por un negocio que le enriquezca, verduras protegidas por el hielo, el cual no resistirá el viaje, fundiéndose, y causando que se pudra la verdura. Demasiados sentimientos congelados por la negación y la fervorosa corrección moral de las buenas costumbres.
En un tren Aron estallará con su locura, con su perdida de razón, extraviado, cuando se vea incapaz de asumir no sólo que su madre está viva, sino sobre todo la dedicación de su madre, y decida alistarse en el ejercito, y acudir a esa guerra que él abominaba. Su gesto, desgarrado, rompiendo con su cabeza el cristal de la ventana del tren, y su risa trastornada, desvelan su suicidio vital. La incapacidad de afrontar los claroscuros de la vida, como su padre, que quedará impedido tras sufrir una apoplejía. Cal atemperará su furor transgresor, como esos encuadres desequilibrados que dominan las secuencias en las que se enfrenta en el hogar a su padre, y se determinará, ya adulto consciente, a cuidar y velar de su padre postrado. Cal sabe que para ascender en la noria que te haga sentir que realmente estás vivo con tus emociones no congeladas sino expandidas hay que saber enfrentarse a las miserias violentas a ras de suelo, como la agresividad xenófoba de sus vecinos que ahora estigmatizan y acosan a aquel que antes era querido, uno más entre ellos y ahora es otro, un indeseable y rival, por ser de ascendencia alemana.
'Al este del Edén' es un obra tan deslumbrante en sus composiciones como en la intensidad que va desgarrando la narración. Una subversiva variación sobre la historia de Caín y Abel. Una de las obras mayores de Kazan.
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