viernes, 1 de octubre de 2010
Michel Piccoli, la sabiduría de los contrastes
Una de las grandes presencias del cine francés desde hace más de 50 años, en el que se da esa alquimia de un singular carisma con una admirable capacidad de encarnar personajes de muy variada índole y registros. Ha protagonizado grandes obras como Mala Sangre (1986), de Leos Carax, con quien acaba de trabajar en Holy motors (2012), La duquesa de Langeais (2006), y La bella mentirosa (1991), ambas de Jacques Rivette, Topaz (1969), de Alfred Hithcock, Pasión (1982), de Jean Luc Godard, Genealogías de un crimen (1997), de Raúl Ruiz, El confidente (1963), de Jean Pierre Melville, Las cosas de la vida (1970) o Max y los chatarreros (1971), de Claude Sautet, Habemus papa (2011), de Nanni Moretti, o La guerra ha terminado (1966), de Alain Resnais. Ha trabajado con tan diferentes cineastas como Michel Deville, Marco Bellochio, Luis Buñuel, Jacques Demy, Agnes Varda, Marco Ferreri, Luis García Berlanga, Costa Gavras, Mario Bava, Jerzy Skolimovski, Ettore Scola, Manoel De Oliveira o Rene Clement. Entre sus últimas obras I Skoni Tou Chronou (2008), de Theo Angelopoulos.
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