martes, 10 de agosto de 2010
Liam Neeson, sabiduría irlandesa
El irlandés Liam Neeson siempre aporta un toque de distinción con su carismática presencia aunque protagonice inanidades como 'El equipo A' (2010), de Joe Carnahan. O 'La amenaza fantasma' (1999), de George Lucas, que bien podría haberse llamado 'La amenaza del tedio' (ambos se supone 'divertimentos'; quizás yo tenga cortocircuitado el resorte que lo aprecie). Pero también en obras con ínfulas de solemne transcendencia como el tendencioso talco de buenas conciencias que fue 'La lista de Schindler' (1993), de Steven Spielberg, Resulta llamativo que desde la película de Lucas, Neeson haya encarnado a diversas figuras que representan la paternal sabiduría (del mismo modo que Gary Oldman pareció encasillado en papeles de villanos desorbitados, dando algo de chispa a las insipidas obras de Besson o Petersen en las que participó). Neeson abordó ese papel en la estupenda y discutida 'Gangs of New York' (2002), de Martin Scorsese ( que gana a cada nuevo visionado), en 'Los reinos del cielo' (2005), quizá la menos inconsistente obra de Ridley Scott en los últimos 25 años, o en la irregular 'Batma begins' (2005), en la que Nolan jugó perversamente con esa imagen. Pero mejor centrarse en las más sugerentes obras que ha interpretado Neeson, algunas muy poco conocidas como 'The big man' (1990), de David Leland, en la que interpreta a un boxeador (revisitando su propia actividad como tal en su juventud), 'Lamb' (1985), de Colin Gregg, 'Desayuno en Plutón' (2004), de Neil Jordan, en la que tiene un jugoso papel secundario, sacerdote como en la anterior obra, 'Cinco minutos de Cielo' (2009), de Olivier Hirschbiegel, con un primer tramo tan crudo como notable, o un tenebroso y vibrante western 'Seraphim falls' (2006), de David Von Ancken, con un ejemplar uso del paisaje. No hay que olvidar el personaje que le impulsó a un reconocimiento más amplio, el de 'Darkman' (1990), quizá la mejor obra de Sam Raimi, su personaje secundario en una de las obras maestras de Woody Allen, 'Maridos y mujeres' (1992), o sus excelentes caracterizaciones en las muy sugerentes 'Kinsey' (2004), de Bill Condon y 'Michael Collins' (1996), de Neil Jordan.
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