sábado, 3 de julio de 2010
Donna Reed, de ella a la eternidad
En 1943 Donna Reed participaría en 'La comedia humana' de Clarence Brown, obra que resaltaba los valores familiares en tiempos de guerra, protagonizada por Mickey Rooney como un repartidor de telegramas, mientras su hermano mayor combatía en la guerra. Hará un año se descubrió que Donna Reed había conservado las 341 cartas que soldados del frente le habían enviado durante la contienda. Reed representaba a la dulce novia que podría esperarles en el hogar, esa que interpretó en una de sus más destacadas interpretaciones, en la estupenda 'Qué bello es vivir' (1946) de Frank Capra, y ganaría el Oscar por la cálida prostituta que entabla relación con el personaje de Montgomery Clift en 'De aquí a la eternidad' (1953). Durante los primeros años cuarenta sus papeles no fueron de gran envergadura, encasillada en ese 'tipo', aunque trabajara en obras a rescatar como la obra noir 'Eyes in the night' (1942), de Fred Zinneman. El año 1945 le posibilitaría dos personajes con más enjundía en las magníficas 'No eramos imprescindibles', de John Ford y 'El retrato de Dorian Gray' de Albert Lewin. A resaltar interesantes westerns como 'Los forasteros' (1952), de Roy Huggins o 'El sexto fugitivo' (1956), de John Sturges, o film noirs como 'Trágica información' (1952), de Phil Karlson, o la tensa 'Rescate' (1956), de Alex Segal. A partir de este año se centraría, durante una década, en la televisión, con 'The Donna Reed show'.
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