sábado, 26 de junio de 2010

Más allá de la duda

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¿Qué hay más allá de la duda razonable? Una realidad movediza, escurridiza, en la que los actos están velados por una patina de ambivalencia. Nuestra conducta puede resultar equívoca como nuestra percepción sugestionada u ofuscada. Más allá de la duda razonable están nuestros límites de percepción y nuestra capacidad de simulación. El inocente puede ser condenado por una enmarañada confluencia de circunstancias y percepciones difusas y el taimado puede manipularlas a su conveniencia. ¿Dónde queda la aplicación de la justicia si las fisuras las crea el propio ser humano con su limitada capacidad de percepción y su aviesa capacidad de manipulación?Con 'Más allá de la duda' (1956) Fritz Lang crea una de sus obras más complejas con el más depurado despojamiento formal, pero las superficies son engañosas, aunque ya no veamos, de modo físico, transparente, las sombras, porque éstas, invisibles, son las que dominan subterráneamente la narración.
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El montaje que realizan un editor contrario a la pena de puerte y un escritor, Garret (Dana Andrews) para dejar en evidencia el funcionamiento de la justicia y cómo se puede condenar a un hombre a la pena de muerte con inconsistentes pruebas, es el cimiento sobre el que se construye esta obra que pone en cuestión la realidad como montaje y representación: véase las diversas resonancias del uso que realiza tanto de las fotografías como de las emisiones televisivas. Del mismo modo que espacios en principio tan contrapuesto como los de extracción baja, el de los night clubs, y los de clase alta, la mansión donde vive la prometida de Garret, Susan (Joan Fontaine), cuyo espacio son las invisibles alturas (se la ve bajar o subir escaleras), no son tan disimiles en el fondo. Como tampoco quizás lo sean los actos de Garret y Susan, los límites que cruza él para preservar su relación y el gesto final que realiza ella en nombre de un difuso sentido de la justicia. En ambos la justicia parece quedar supeditada al arbitrio humano, a una crueldad teñida de muerte, como la misma que aplica la ciega e inflexible institución judicial.

'Más allá de la duda' (Beyond a reasonable doubt, 1956) fue la última obra que realizó Fritz Lang en Estados Unidos, antes de retornar a Alemania, hastiado del tenso ambiente, teñido de persecución, en Estados Unidos. Un estupendo cierre, con un notable guión de Douglas Morrow, que transpira todo ese escéptico nihilismo que dominaba a Fritz Lang sobre la capacidad de justicia del ser humano.

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