Cuando a Vivien Leigh le propusieron suplir a Joan Crawford, que había caído gravemente enferma, en el papel de antagonista de Bette Davis en 'Canción de cuna para una cadáver' (1964), de Robert Aldrich, Leigh lo rechazó aduciendo que si podía soportar ver el rostro de Crawford cada día a las 6 de la mañana, no desde luego el de Bette Davis. Más vitriolo: Tras que Davis propusiera a su amiga Olivia de Havilland para el papel, ambas establecieron un brindis, con Coca cola, desde el primer día: 'Ding dong la bruja está muerte'. El motivo de que lo hicieran con Coca cola es que el marido de Joan Crawford era presidente de Pepsi cola.
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