viernes, 7 de mayo de 2010
Anouk Aimee, los ojos vivos de Modigliani
Como el Modigliani que encarnaba Gerard Philippe en una de mis particulares debilidades, 'Los amantes de Montparnasse' (1958), de Jacques Becker, también me quedé cautivado con Anouk Aimee, esta belleza modiglianesca pero de ojos pletóricos. También, habiendo leído, 'El cuarteto de Alejandría, pensé que no había actriz más adecuada que Aimee para el papel de Justine (aunque la obra del mismo título de Cukor, en 1969, no es demasiado estimulante). Del mismo modo que transitaba la luz, porque ésto era lo que suponía para Modigliani, también las sombras, como en su fascinante personaje de 'La dolce vita' (1959), de Federico Fellini, entre las tinieblas de aquel decorado espectral de la mansión aristocrática. Con Fellini también colaboró en 8 1/2 (1962), como con el injustamente olvidado André Delvaux en 'Una noche, un tren' (1968), con Alberto Lattuada en 'L'Improvisatto' (1961), con Jacques Demy en 'Lola' (1961) y 'Estudio de modelos', con Marco Bellochio en 'Salto al vacío' (1981), con Andres Cayatte en 'Los amantes de Verona' (1949), con Georges Franju en 'La cabeza contra el muro' (1958). Su más alta cota de popularidad fue con 'Un hombre, una mujer' (1966) de Claude Lelouch, en cuya línea Sidney Lumet realizaría una obra más lograda 'Una cita' (1969).
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