viernes, 26 de marzo de 2010

Michael Caine, Harry Palmer, Len Deighton y la cocina


El escritor Len Deighton enseñando a Michael Caine a freír un huevo. Caine interpretó en cinco ocasiones a Harry Palmer, agente secreto creado por Deighton (aunque el nombre lo idearon, por lo que parece, entre Caine y el productor Harry Saltzman). Palmer era la versión, o respuesta, doméstica o corriente de James Bond, o más realista, siguiendo la línea de Graham Greene. Palmer vivía en un cuchitril, era aficionado a la música clásica y a la cocina ( Caine comentaba que aprendió mucho de cocina gracias a Deighton). No era un seductor, y más bien era capaz de saber cuando querían usar los encantos femeninos para manipularle. La mejor de la serie fue Funeral en Berlín (1966) de Guy Hamilton, superior a la anterior, Ipcress (Sidney J Furie), un tanto perdida entre juegos de lentes, y que supuso su lanzamiento como estrella, y, aún más, a la siguiente, Un cerebro de un billón de dolares (1967) del hacedor del engendros Ken Russell (aunque esta al menos no lo fuera). En los 90 Caine interpretó dos más, Bullet to Beijing (1995), de George Mihalka, y Midnight in St,Petersburg (1996), de Douglas Jackson, que ni se estrenaron en cine, con las que intentaba revalorizar su carrera comercial -lo mismo con otra en la misma línea, aunque no con el mismo personaje, Blue ice (1993), de Russell Mulcahy- en una década en la que hasta fue villano en una película protagonizada y dirigida por Steven Segal, En tierra peligrosa (1993), . Pero no fue hasta 1996 con Sangre y vino, de Bob Rafelson, y ya afianzado posteriormente, con sus premiadas interpretaciones en Little voice de Mark Herman y, sobre todo, Las normas de la casa de la sidra (1999), de Lasse Hallstrom, cuando volvió a recuperar su buena estrella.

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