miércoles, 3 de marzo de 2010

House by the river

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'House by the river' (1950), una de las obras menos nombradas de Fritz Lang ( y decir nombradas, es decir de las menos conocidas, reconocidas, o consideradas), posee una de las atmósferas más turbias y emponzoñadas de su filmografía, y, probablemente, al protagonista más antipático y abyecto. En su condición de asesino, carece, incluso, de cualquier rasgo vulnerable como el que podía apreciarse en 'M, el asesino de Dusseldorff'. Stephen ( Louis Hayward) no lucha contra ninguna fuerza que le supere, carece de cualquier escrúpulo, se aprovecha sin remordimiento alguno de los demás, y, como artista o escritor, tiene ínfulas o delirios de grandeza. Parece que estuviera retratando a uno delos representantes del ideario nazi a favor de la eugenesia, y ésto queda corroborado en la relación con su hermano, cojo para más señas, del que se ha alimentado cual parásito (hasta acaparando la herencia, justificado por su condición de artista), y al que menosprecia por su 'irrelevante' dedicación de contable. En un momento dado le espeta que a quién de los dos considerarían más prescindibles.
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Lang, en las primeras secuencias, define y condensa de modo impecable a personaje, y la atmósfera y tono de la obra, además de ofrecer una de las más antológicas secuencias de su flmografía. El escenario, una casa junto al río de la que parece emanar podedrumbre moral, sensación amplificada por la visión del cadáver de un animal que arrastra el río. Stephen, que escribe bajo un templete, recibe otra negativa de la editorial; su mujer, Stephanie, está ausente, en la ciudad ( aunque como se corroborará después está 'ausente' para Stephen aun presente); su mirada se detiene con delectación en su criada, Emily, que le ha pedido permiso para ducharse en el piso superior ya que el baño del piso de abajo está estropeado; intenta escribir, pero tacha lo escrito; frustración y deseo ( que no es sino la espita de la descarga de la primera). La secuencia es un prodigio de montaje que parece meternos en la piel de Stepen: alterna planos de él en el templete, como si se hubiera quedado en suspenso, sin saber qué escribir, con planos de la luz de la ventana donde se baña Emily, de las piernas de ésta en la bañera, o cómo frotan el vaho del espejo para verse en él; los predominantes del agua van cargando de tensión la atmósfera: el sonido de agua cayendo por la tubería ante la atenta mirada de Stephen, parece que le 'llamara'; Stephen, ya en el vestíbulo, ante el espejo, se de dispone a encender una vela, pero se refrena cuando aprecia la sombra de Emily saliendo del baño en el piso superior, y disfruta con el miedo de ésta cuando, bajando las escaleras, con una bata que deja entrever sus piernas,cree haber oido a alguien: Stephen no se controla, e intenta besarla, pero ella se resiste, y grita. Para evitar que les oiga la vecina, que está en su jardín, le agarra del cuello, y sin darse cuenta acaba estrangulándola. Stephen no tendrá problemas de conciencia, y recurrirá, una vez más, para que le ayude a tirar el cadáver al río ( mintiéndole sobre el embarazo de su esposa), y menos tendrá cuando la 'desaparición' de Emily le propiciará notoriedad y aumento dela venta de sus libros. No tendrá reparos, siquiera, en que su hermano se convierta en el principal sospechoso.
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Tampoco están ausentes de la obra las cargas de profundidad sobre la mezquindad de la 'masa' ( como venía reflejando en sus producciones norteamericanas desde la primera que realizó ahí,'Furia'), en las conductas violentas hacia el estigmatizado hermanos por las sospechas sobre é ( como dice Stephanie, vives años juntos a ellos y de repente descubres que sois extraños). Para la antología de grandes secuencias del cine de Lang, mencionar la perturbadora febrilidad de la secuencia en que Stephen, en la barca, busca el cadáver envuelto de Emily (sobrecogedor el momento en que la melena de ella asoma bajo el saco que ha rasgado con el palo con el que intenta cogerlo).

'House by the river' (1950), película no estrenada en su momento en España, es una producción de Republic, una productora menor. Hay que destacar la labor fotográfica de Edward Cronjager ( quien había realizado la excelente fotografía en color de 'Espíritu de conquista') de pregnantes sombras, que logran que el espacio, en especial esa casa, parezca otro personaje, vivo, una prolongación, en suma, de la mente del propio protagonista.

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