martes, 23 de marzo de 2010
Gene Tierney: Las bellas fisuras de la máscara
Otto Preminger supo ver bien en los rasgos y en la expresividad de Gene Tierney la conjunción de una belleza terrestre y de otro mundo, de presencia y ausencia, idónea para elpersonaje de Laura en la extraordinaria película homonima que rodó en 1944. El atractivo de la singular belleza de Gene Tierney provenía de la intuición de una fragilidad y de una tumultuosidad de emociones entrevistas bajo una máscara de etérea belleza ideal. Un temperamento evidenciado en sus continuas crisis: El productor Darryl Zanuck le sugirió a Jules Dassin que le diera un papel en la oabra maestra 'Noche en la ciudad' (1950) porque acababa de sufrir una decepción amorosa y estaba al borde del suicidio; a mitad de los 50 abandonó, por otra crisis personal, el cine, e incluso se puso a trabajar de dependienta en unos grandes almacenes, de donde se la recuperó para el cine, pero brevemente porque no podía con el estress que le causaba la interpretación. Esa cualidad de emocione contrastadas las reflejó en dos de sus grandes creaciones protagonistas, la firmeza obstinada en 'El fantasma y la señora Muir' (1947) de Joseph L Mankiewicz, y en Las fieras hecha mujer en 'Que el cielo la juzgue' (1945), una mujer capaz de todo, incluso matar, por el amor posesivo hacia el hombre que ama. Pero también en su egoista personaje de 'El filo de la navaja' (1946), de Edmund Goulding. Y capaz de transmitir la más dulce calidez en 'El diablo dijo no' (1943) de Ernst Lubitsch. Trabajó repetidamente con Preminger, en 'Voragine' (1949), la excelente 'Al bordel del peligro' (1950), y la magnífica 'Tempestad sobre Washington' (1962). Sin olvidar, entre otras, sus interpretaciones en 'El castillo de Dragonwyck' (1946) de Manckiewicz, 'El telón de acero' (1947) de William Wellman, 'El embrujo de Shangai (1941),de Josef Von Stenberg, 'Martin el gaucho (1952), de Jacques Tourneur, o'El retorno de Fran James' (1940), de Fritz Lang.
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