lunes, 2 de noviembre de 2009
Navidades en julio
Una pareja en el tejado. Dirimen sobre si sus sueños se realizarán o como sus padres serán supervivientes del día a día. El horizonte de neón. La apuesta de él para salir su trabajo uniformado y maquinal es ganar el premio al mejor slogan de una marca de café. La confusión. Una broma de unos compañeros hace creer a la pareja, al empresario y a los comerciantes que es el ganador. Conclusión: Un argumento hilado con ingenio y vivacidad que no ha perdido actualidad. Y es que desgraciadamente hay ciertas cosas que no han cambiado.
'Navidades en julio' (1940) es la segunda obra del gran Preston Sturges. De nuevo demoliendo los valores y costumbres de una sociedad que tiene poco de seño americano y que más bien facilita el éxito de unos pocos y el fracaso, o la resignación, de otros. Y, de nuevo, demuestra porque ha sido uno de los mejores guionistas y dialoguistas que ha dado el cine. Diálogos a velocidad supersónica, y perfilado hasta el secundario más secundario.Una delicia.
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