lunes, 2 de noviembre de 2009
Mientras Nueva York duerme
En 'Mientras Nueva York duerme' (While city sleeps, 1956), de Fritz Lang, los diversos directores (de prensa, agencia, televisión o gráfico) de un emporio mediático se lanzan a una competición para conseguir el puesto de director jefe, ofrecido como carnaza por el heredero de la empresa, quien no sabe nada del medio, y qué mejor decisión, cual cesar romano, que plantear que ese puesto de responsabilidad sea conseguido por el 'gladiador periodista' que sepa vencer a sus contrincantes arribistas. Todos manipulan en mor de su propio provecho, y cualquier pieza es sacrificable en el proceso en busca de la 'primicia' de la noticia del momento, esto es, los crimenes que realiza un asesino en serie, el 'asesino del lapiz de labios'. Los límites que separan a éste de los periodistas quedan difuminados ya que la falta de conciencia o escrúpulos les equipara.
'Mientras Nueva York duerme' (1956) es otra de las grandes obras maestras de Fritz Lang. Aquí sus reminscencias visuales expresionistas no están presentes, quizá porque ya es suficiente tenebroso el panorama moral que presenta. Ese despojamiento visual evidencia más la parada de monstruos de la que somos testigos. Y qué gran elenco actoral, desde Vincent Price que interpreta al vesánico nuevo jefe a Thomas Mitchell, Dana Andrews, George Sanders e Ida Lupino. Antológico el momento en que el asesino, encarnado por John Barrymore jr, contempla atónito en la televisión cómo hablan de él (cómo lo descalifican, para provocarle y enrabietarle más). Aparte, la ironía implicita sobre el difuso juego de representaciones y espectadores en los que se plantea esta sociedad. Y cómo se asocia sutilmente al protagonista, el periodista que interpreta Dana Andrews, con el asesino, por su misma forma de irrumpir sin forzar la puerta en el piso de la novia del primero.
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